Maltrato a inmigrantes en Madrid

'Nos desnudan, nos insultan y nos dicen que somos basura de fuera'

Maltrato a inmigrantes en Madrid
'Nos desnudan, nos insultan y nos dicen que somos basura de fuera'

* Les gritan 'gilipollas', 'moros' o 'sucios', mientras golpean el mobiliario
Entran gritando en la celda de noche, con porras y atuendos de antidisturbios. A los sin papeles que comparten habitación les gritan "gilipollas", "moros" o "sucios", mientras golpean el exiguo mobiliario y encienden una algazara desquiciante de brazos que caen a oscuras.

"A un compañero al que le encontraron un rollo de papel higiénico [material prohibido] le hicieron poner las manos a la vista y simularon que se las iban a aporrear", cuenta a EL MUNDO un ex interno. "Dan golpizas, nos insultan, nos vejan... Yo no soy ningún delincuente. Soy un obrero de la construcción que no tengo papeles. Pero jamás he recibido un maltrato similar".

La última incursión tuvo lugar en el módulo uno entre la noche del 1 de febrero y las dos de la madrugada del día 2. Hubo una discusión porque uno de los confinados fumaba. Al interno número 21, el argelino Alí Khamel, los policías le rompieron el brazo, otro sufrió lesiones en la mano y varios acabaron con policontusiones.

Lo suscriben 85 inmigrantes clandestinos retenidos en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid, que hace un par de semanas consiguieron sacar al exterior, por un conducto poco ortodoxo que no viene al caso, un manuscrito de seis folios pidiendo auxilio.

"Nos desnudan y tiran nuestras cosas al suelo, desarman nuestras camas, nos insultan y nos humillan con sus amenazas. Nos recuerdan que somos basura que ha llegado de otros pueblos", denuncian.

El mensaje de dentro de la botella ha llegado al otro lado de la valla. La Fiscalía de Madrid investiga ya la denuncia de los sin papeles y el delegado de Extranjería de la institución, Salvador Ortolá, tiene previsto acudir esta semana al CIE para indagar sobre lo ocurrido. El Defensor del Pueblo ha abierto un expediente para conocer el funcionamiento de un centro de internamiento con capacidad para unas 250 personas. Varias ONG empiezan a hacer preguntas. ¿Qué está pasando intramuros?

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