Las autonomías se harán cargo de la tutela de los niños inmigrantes - El Adelantado

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó ayer su compromiso de «hacer todo el esfuerzo necesario para que Canarias no soporte en solitario la difícil problemática social y económica» que representa la llegada de menores inmigrantes al archipiélago. En este sentido y en una rueda de prensa en la capital grancanaria tras reunirse con el presidente del Ejecutivo regional, Paulino Rivero, en la cumbre Canarias-Estado, Zapatero destacó que el Gobierno central está estudiando reformar la Ley del Menor para facilitar el traslado de los menores inmigrantes desde Canarias a la Península, de modo que la tutela de estos extranjeros quede en manos de la región que los reciba.

Zapatero destacó la «buena colaboración en inmigración» con el Gobierno insular, al tiempo que recordó que se ha ido reduciendo la llegada de menores indocumentados, que «alcanzaron un techo preocupante en 2006 a través de los cayucos».
El dirigente socialista agregó que son las autonomías las que tienen responsabilidad en materia de menores, pero como presidente del Gabinete apostilló sentirse «comprometido a fondo con lo que representa la llegada de jóvenes que no alcanzan la mayoría de edad» y se solidarizó con el Gobierno de Canarias.

En este sentido, subrayó que ambas administraciones han trabajado conjuntamente para que otras regiones puedan recibir a esos chavales, e indicó que el Ejecutivo financiará por primera vez al Gobierno insular para la asistencia a menores con cuatro millones de euros. Además, añadió que aportará 15 millones de euros disponibles para este año para el traslado de «un número importante» de niños a otras comunidades autónomas. Si bien, aclaró que dicha cuantía será para las autonomías donde puedan trasladarse los jóvenes», pero si se quedan en las islas la financiación será para Canarias.

Mientras desde el Gobierno se toman medidas para canalizar a los miles de indocumentados que llegan a las costas nacionales, el drama vuelve a instalarse en las playas de Cádiz, donde ayer se encontraron los cadáveres de seis inmigrantes de origen marroquí -cuatro varones y dos mujeres- que perdieron la vida en el naufragio de su cayuco.
La embarcación, que fue avistada a primera hora de la mañana, llevaba a bordo a otras 30 ó 40 personas, -entre ellas cuatro menores- y naufragó en las inmediaciones de cabo Trafalgar, en Barbate. Uno de los ocupantes del cayuco tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital de la zona debido a las múltiples contusiones que presentaba en el tórax y las autoridades no descartan que el mar lleve a la orilla más cuerpos.

Aproximadamente, unos 58 sin papeles han perdido la vida en lo que va de año al intentar tocar tierra española, aunque la cifra exacta resulta muy difícil de determinar, pues muchos de ellos desaparecen en las aguas sin dejar rastro.

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