"El nivel de racismo en España ya es preocupante"


Público.es - 

Los gitanos han ganado visibilidad en los últimos años en España gracias al trabajo, fundamentalmente, de la Fundación Secretariado Gitano, que trata de combatir los tópicos que los retratan como ladrones y folclóricos. Durante 23 años, José Manuel Fresno (Cabreros del Río, León, 1961) presidió este organismo. En su regazo crecieron abogados, médicos y constructores. La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, lo nombró recientemente presidente del nuevo Consejo de Igualdad de Trato y Discriminación por Origen Racial o Étnico, que celebró este mes su primera comisión permanente.

Un 17,3% de la población [unos ocho millones de personas] se ha sentido discriminada en el último año, según el CIS. ¿Por dónde va a empezar a trabajar?

Nuestra competencia es velar por la igualdad de trato de las personas de origen racial y étnico, es decir, de aquellos que estén discriminados por su color de piel, etnia o raza.

¿Cómo está afectandola crisis a este colectivo?


La crisis ha incrementado la discriminación en el acceso al mercado de trabajo. También ha activado más los comportamientos de rechazo hacia el diferente en muchos ámbitos: diez puntos en el campo de la discapacidad o seis en el de la etnia y la raza, según el Eurobarómetro. Las crisis provocan que la gente se repliegue y se vuelva más conservadora, más defensora de lo suyo, y que considere a los otros como alguien que compite contra ellos.

¿Cuál es la situación en España?


Por fortuna, aunque se haya incrementado mucho el de-sempleo, se ha mantenido la protección social y se han habilitado medidas específicas. Esto ha contenido la reacción que, normalmente, se produce cuando hay una disputa por los recursos entre gente distinta. El problema se ha amortiguado, pero se puede activar.

¿Cuáles son los sectores más discriminados?


Si hablamos de etnia y raza, los marroquíes y los gitanos son los más discriminados. La población subsahariana también sufre un rechazo importante.

¿Qué problemas tienen?

Además del acceso al mundo laboral, tienen problemas en el sector servicios, especialmente en el privado, al no permitirles la entrada a discotecas, bares, acceso a la vivienda... Aunque no se les dice abiertamente: "No le alquilo a usted el piso porque es inmigrante". Los ciudadanos deben entender que discriminar es un delito. No puedes poner un anuncio en el periódico diciendo que se abstengan los inmigrantes. Hay que sensibilizar, denunciar los casos y establecer medidas de discriminación positiva. También tenemos que estar atentos al campo de la seguridad, no sólo en el de los cuerpos públicos, sino también en los privados. El Consejo irá identificando dónde hay más problemas.

¿Van a vigilar a la policía?

Estaremos pendientes de las discriminaciones que se puedan realizar, pero a veces el problema tiene otro origen, porque faltan agentes suficientemente especializados, por ejemplo.

¿Qué puede aportarel Gobierno?

El Gobierno ha de tener buenas leyes. Necesitamos una ley integral de igualdad de trato. El problema es que la discriminación llega a la vez por varios motivos: por ser mujer, marroquí, musulmana...

El último Eurobarómetro indica un auge del racismo en la UE.

La conclusión negativa es que aumenta el rechazo y el número de personas que se sienten discriminadas. Lo positivo es que una parte muy grande de los europeos está a favor de crear leyes contra la discriminación.

¿Qué conclusiones extrae de la crisis de los minaretes suizos?


Es una cuestión preocupante por el miedo que hay a la diferencia y lo que eso significa: convertir en problema algo que no es un problema. Va en contra de lo que ha de ser nuestra sociedad, abierta y plural.

¿España es racista?

En España hay racismo y la sociedad tiene prejuicios y estereotipos. Si lo comparamos con los países que integran la UE, los españoles somos menos racistas que la media europea, pero eso no significa que en España no haya problemas.

¿Puede haber un rebrote de la extrema derecha?

Sí, el nivel del racismo en España ya es preocupante. Los discursos discriminatorios se van viendo más legitimados socialmente. Aunque no tengamos partidos políticos con representación parlamentaria que sean manifiestamente intolerantes o racistas, cada vez hay más movimientos en Internet, asociados al ocio de los jóvenes y la música. Tenemos que estar muy atentos porque Internet impacta mucho en la población joven, y puede estar transmitiendo mensajes muy negativos y perversos. Culpan al prójimo de cosas que el prójimo no provoca. Los Gobiernos tenemos que rearmarnos. No sólo con leyes, sino también con fiscales especializados, por ejemplo.

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