¿Cuál es la situación de los hijos de inmigrantes en el Estado español?

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Los niños y niñas de familias inmigrantes que viven en España tienen dificultades para acceder a derechos fundamentales como la alimentación, la educación o la salud, según el informe Abriendo ventanas: infancia, adolescencia y familias inmigradas en situaciones de riesgo social, presentado hoy por UNICEF y la Fundación Pere Tarrés.

Para la redacción del documento se han entrevistado a 106 profesionales implicados en el trabajo con el colectivo de hijos de inmigrantes, y a ocho menores de nacionalidad extranjera.

Los expertos alertan de algunas situaciones extremas en niños de origen extranjero que tienen dificultades para cubrir las necesidades alimentarias, que van a la escuela sin desayuno o sin ducharse porque no tienen agua en casa, o que no pueden pagar las medicinas.

En el año 2009, había en España 971.479 menores con nacionalidad extranjera, es decir, el 12% de la población menor de 18 años, concentrándose principalmente en Cataluña (21%), Madrid (18%), Comunidad Valenciana (14%) y Andalucía (12%).

La mayoría de la población de 0 a 17 años nacida en el extranjero procede de países europeos (35%) y americanos (48%), seguidos por los africanos (14%) y los asiáticos (6%). En primer lugar se encuentra Rumanía, con un 12% de la población, seguido de Ecuador (12%), Marruecos (11%) y Colombia (7%). El primer país asiático es China (4%).

El informe ha sido elaborado por las investigadoras Violeta Quiroga y Ariadna Alonso, de la Fundación Pere Tarrés, y analiza los factores que pueden conducir estos niños a una situación de riesgo social. Este trabajo de investigación pone de manifiesto dificultades a la hora de empadronar a los niños debido a requerimientos de los ayuntamientos, a circunstancias familiares (alta movilidad de las familias) o a la imposibilidad de algunos menores acogidos en centros de protección de empadronarse por no disponer del documento de identificación con una fotografía.

Esta situación repercute en el acceso de los niños a servicios básicos como la sanidad. De hecho, se han detectado casos de retirada de tarjetas sanitarias por falta de documentación.

El informe, presentado hoy, pone de manifiesto la existencia de dilemas y controversias jurídicas entre el ordenamiento jurídico migratorio y el de protección de los derechos de los niños, ya que detecta limitaciones a la hora de tramitar ayudas públicas y de situaciones que vulneran el derecho a la reagrupación familiar.

Los expertos también destacan que los cambios continuos de los programas de enseñanza, la no inclusión de la diversidad cultural en el currículo académico y la incomprensión entre las familias y los colegios, representan un obstáculo para la formación. Estos problemas se ven agravados por el conocimiento a veces insuficiente de la lengua, sobre todo en niños de habla no hispana, y por los problemas económicos que afectan a las familias como consecuencia de la precariedad laboral y la falta de trabajo.

Prueba de la precariedad en que viven muchas familias, es el relato de Ying Ying, una joven china de 15 años que llegó a España a través del proceso de reagrupación familiar. Durante su entrevista para el informe explica: “mi familia y yo vivimos en una habitación y dos familias más, cada una en una habitación”.

En el ámbito familiar, el documento subraya la ausencia de redes familiares extensas, una insuficiente supervisión parental, violencia como medida correctora o confrontación entre padres e hijos. Como consecuencia, se producen casos como el de Pedro, otro de los adolescentes entrevistados en el informe. Tiene 14 años y llegó a España desde Ecuador con sólo 5. Reconoce que se juntaba con “gente de bandas”. “Fui con ellos desde los 11 a los 14 años, ahora ya no voy con ellos, porque son gente peligrosa. Cuando estaba en la banda me metía en peleas y consumíamos drogas, como marihuana y hachís”.

Walter, de Colombia, asegura que “algunas veces no iba a la escuela, me quedaba en casa de un amigo escuchando música y viendo la tele. Otras veces me quedaba durmiendo en casa, pero mi madre no se enteraba porque estaba trabajando”.

Una ausencia de control que repercute también en el mantenimiento de concepciones y pautas culturales en campos como el de la salud sexual y reproductiva. Gabriela, de origen portugués y guineano, ha nacido en España, tiene 17 años y ya ha sido madre. “Desde que soy madre todo ha cambiado, sé lo que es amar a un hijo, las cosas no son fáciles pero yo siempre lucharé por él, nunca lo abandonaré como hizo ella (su madre)”, dice.

Por esta razón, el informe recomienda que se faciliten los trámites y requisitos para la reagrupación familiar de los hijos menores de edad, así como las ayudas que puedan minimizar las situaciones de riesgo.

Buenas prácticas


El documento plantea 25 buenas prácticas que pueden ayudar a corregir algunas de las deficiencias detectadas en diferentes ámbitos.

Desde el punto de vista educativo, se recomienda la formación sobre circuitos y funcionamiento de la escuela para las familias inmigrantes, así como la preparación de los contenidos de las reuniones escolares con criterios de atención a la diversidad cultural en estos espacios (lengua, presencia de mediadores interculturales, orientación y atención individual, etc.).

Con familias sin alfabetizar, se recomienda que el seguimiento de los hábitos y de la trayectoria educativa de los hijos se lleve a cabo con material más gráfico, como las fichas y colores. También se ha comprobado que la presencia de aulas de autoaprendizaje en las escuelas ha mejorado el rendimiento escolar.

En el ámbito familiar se resaltan los efectos positivos que tienen los Programas de Apoyo Familiar desarrollados por los ayuntamientos a través de técnicos de reagrupación familiar antes y después de la llegada de los niños. También se destacan los resultados de las sesiones de acompañamiento individualizado a la familia y el niño reagrupado para reorientar las relaciones familiares.

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