La Secretaría de Migraciones del Partido Comunista de España, ante el
impacto mediático de la llegada a las Ciudades Autónomas de Ceuta y
Melilla de unos cientos de inmigrantes y refugiados de origen
subsahariano, reclama a los Gobiernos de España y Marruecos el respeto a
la normativa internacional de derechos humanos, incluido el acceso al
procedimiento de protección internacional, y que se les preste una
atención inmediata.
Ante las informaciones tendenciosas difundidas por el Gobierno
español de una pretendida estrategia de las mafias y de actuaciones
violentas de los inmigrantes, que se vienen repitiendo cada vez que
saltan a la luz este tipo de acontecimientos, la realidad demuestra que
se trata de un colectivo de personas en búsqueda de protección y mejores
expectativas de vida, que se ha visto sometido a una continua violación
de sus derechos humanos más básicos.
España y Marruecos vienen colaborando en una estrategia de
impermeabilización de las fronteras que ha incluido expulsiones masivas
vulnerando la legislación y los convenios internacionales de derechos
humanos, como sucedió con los inmigrantes y refugiados que llegaron a la
isla de Tierra, bajo soberanía española, hechos que ya denunció el PCE
en un comunicado público.
La Unión Europea fomenta esta estrategia con instrumentos como
FRONTEX, la colaboración policial, la política comercial y lo que se ha
venido a conocer como la externalización de fronteras. De esta forma,
los derechos humanos no son más que una retórica vacía que se enfrenta a
la Europa fortaleza en la frontera sur.
La población subsahariana establecida en el norte de Marruecos, según
acreditan informes inequívocos de organizaciones internacionales, las
asociaciones marroquíes de derechos humanos y plataformas como
Migreurop, está sometida a una presión policial permanente, que incluye
violencia y explotación sexual contra las mujeres, robos y expulsiones a
la zona desértica fronteriza con Argelia, todo ello cometido con total
impunidad.
Es un escándalo que la UE y España mantengan la cooperación con
Marruecos ante las evidencias de este tipo de abusos. Aunque, como lo
venimos viendo en el caso del Sahara Occidental, la complicidad y el
silencio se convierten en monedas de cambio. Los derechos humanos no
deben estar sometidos a ningún tipo de chantaje o interés comercial.
Por último, la Secretaría de Migraciones del PCE reclama un tratamiento
informativo respetuoso, responsable y realista de los hechos, que bajo
ningún concepto se deben calificar como “invasión” o “asalto”, sino como
una desesperada búsqueda de alternativas y de respeto a los derechos
humanos, principios por los que deberían velar con carácter prioritario
nuestras autoridades.
tercerainformacion
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