"La política de inmigración no es poner la cara de un negro en una foto de partido"


Nicole Ndongala llegó en 1998 a España desde República Democrática del Congo cuando empezaron las matanzas y violaciones de mujeres tras el golpe de estado de Kabila. Ahora es coordinadora en Karibu, la misma ONG que la ayudó cuando llegó con lo puesto. Dice que no reconoce a la Europa de valores que le describieron cuando era pequeña y apuesta por que África deje de ser representada en la televisión solo como un país de miseria: "También tenemos informáticos, ingenieros...".

¿Cómo fue su llegada al 'paraíso europeo'?

Fue duro. En Congo estaba acabando mis estudios en Economía y hacía prácticas en Toyota. Me detuvieron tres veces, y ahí mis padres decidieron sacarme del país. Salimos muchos jóvenes y mujeres. Llegué en avión a Bruselas y cogí un autobús a Madrid. No sabía español, tenía 20 años y no tenía familia. Pregunté por un hotel porque no sabía decir pensión y a los dos días no me quedaba dinero. Fui a una iglesia cerca de la estación y me puse a llorar. Se acercó una señora y me dijo: "Conozco un sitio que ayuda a los negros". Era Karibu, donde ahora soy coordinadora del centro de mujeres.

¿Se parecía Europa a la Europa que imaginaba?

Desde África la imagen de Europa es como un paraíso donde no hay hambre, la gente no duerme en la calle y el dinero crece como champiñones por todas partes. Además, a los blancos que van a Africa se les trata como reyes y al venir esperas un trato, no de reina, pero que no suponga rechazo. Es algo que sientes, por ejemplo, si buscas trabajo. A veces también las miradas hablan más que las palabras. Al final lo que se sabe de África es lo que se ve en la televisión, y es negativo.

¿Cómo es el África que no reconoce usted en la tele?

La imagen que se da es de gente que pasa hambre o que dormimos en los árboles. Pero allí también tenemos gente que estudia, hay médicos, informáticos... Los africanos no buscamos guerra, porque hemos venido huyendo de ella. Y tampoco necesitamos que la gente tenga pena de nosotros. Cuando pedimos asilo es nuestro derecho, no pedimos favores. Queremos que nos traten de tú a tú. Los gobiernos no quieren hablar del África real. Sería bueno que se compartiera más la cultura, por ejemplo desde el colegio.

Si los políticos se pasaran un día por su ONG, ¿qué aprenderían?

Verían el mundo real. Gente que ha llegado tras andar 7 u 8 años por el desierto, mujeres embarazadas que no conocen quién es el padre porque han sido violadas más de 10 veces en el camino. Gente que puede trabajar y hacer las cosas bien, que cotiza. Verían valentía, humanidad y fraternidad. También aceptación: un africano puede comer arroz del día 1 al 30, nos contentamos con lo que hay. Verían que la gente no viene porque sí, vienen con ideas, objetivos y sueños, quieren trabajar y tener una vida, no vienen solo para ver la cara de los blancos.

¿Qué le pide a los políticos si es que la están escuchando?

Queremos que la inmigración esté en su agenda y que cumplan lo que dicen. Esto no va de poner la cara de un negro en una foto de partido, también tenemos que tener voz. Los políticos tienen que dejar de tratar la inmigración como una problemática, porque entonces la gente que vive aquí piensa que somos problemáticos.

Además, no se puede seguir utilizando balas de goma, violencia y devoluciones en caliente. Tenemos un nombre, no somos mercancía, no nos pueden utilizar cuando les interesa, para atacarse entre ellos.

¿Si se convirtiera en la primera presidenta negra, cuáles serían sus medidas?

Lo primero es cerrar los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) porque son un calvario. Les ponen cristales para que no puedan tocar a sus familiares, algunos ni ven la luz del día, se rompe su integración y se quedan sin trabajo si es que estaban trabajando cuando fueron detenidos. No es humano.

Cerraría las vallas. ¿Cuántas personas más tienen que morir allí? En vez de trabajar en los países de origen y sus fronteras se empeñan en hacerlo en Ceuta y Melilla. También simplificaría los visados y haría que se cumplieran: hay africanos que tienen la documentación necesaria para viajar y no les dan el visado. O al llegar no les dejan pasar porque creen que se van a quedar a vivir. En África hay miseria, pero no a todo el mundo le fascina vivir en Europa.

Con la crisis de refugiados en Siria, ¿siente que los políticos se preocupan menos aún por los africanos?

Europa se está convirtiendo en un continente de vergüenza, no es la Europa de la que oí hablar cuando era pequeña. Pero los refugiados sirios no son más importantes que los africanos. Los políticos no pueden decir sin preguntar quién es inmigrante económico o refugiado y ahora están invisibilizando los problemas de los refugiados negros.

¿Le gustaría que los candidatos se metieran en la piel de un inmigrante que llega de África?

Ellos no se pueden poner en la piel de un inmigrante ni por un minuto, simplemente no pueden. Tendrían que salir de país, c ruzar un desierto durante años o meterse en un barco para cruzar los mares. Tendrían que hacer cola, pedir asilo, a veces quemarse las huellas dactilares para poder salir de España... No es algo en lo que te puedes esforzar. Una persona no nace inmigrante, hay que vivirlo.

¿Qué propuestas electorales de inmigración escucha, si es que escucha alguna?

En inmigración ningún partido se moja y ninguno entra en profundidad. El PP hace devoluciones en caliente por ejemplo, pero el PSOE hizo los CIE. A los nuevos no los podemos juzgar porque no han entrado en acción, pero hay contradicciones en su discurso. Para mí, todos son iguales.

¿Cómo sería su España ideal después del 26J?

Sería un país con cultura diversa, que no descarta a las personas por su color o su etnia. Que trata a los nuevos vecinos simplemente como gente que vive aquí. Sería una España que se iba a enriquecer mucho.

-eldiario.es

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